Un poco sobre los inicios de la música Saharaui

En sus inicios, esta música tuvo las siguientes características: carácter comunitario, mínimo acompañamiento instrumental, cantos con la estructura de “llamada- respuesta”, ritmos monótonos y repetitivos, austeridad ornamental. La principal explicación es la vida nómada del pueblo Saharaui. Asimismo, las caravanas llevaron a esta zona los característicos ritmos y melopeyas de la huda de los desiertos de Arabia, de carácter monódico y melismático. Esta práctica musical se fue afianzando a medida que la vida nómada se imponía en la región.

Por otra parte, el comercio de esclavos del Bilad al-Sudán2 hacia los países del Norte llevaría al Sahara la aportación de las tradiciones musicales y rítmicas de las civilizaciones centroafricanas, como la bambara o la peul.

A partir del enlace sudanés, que tiene un carácter más festivo, es importante tocar otro punto: la austeridad conceptual que envuelve la música del Sahara. Esta música no es superflua, lo que le otorga su fuerte personalidad. Los melismas, las variaciones, no se presentan como ornamentaciones barrocas, sino que forman parte de la misma esencia del canto o de la melodía.

Otra de las características que suele sobresalir de esta música es su conexión con el blues, a la que se llama blues del desierto y en algunos casos “protoblues”. Uno de los componentes de esa conexión es el uso de la escala pentatónica y los medios tonos o blue notes. Una herencia musical ampliamente conocida en el ámbito de la música del África Occidental, y que fue transmitida desde el Sur por el Griot, figura social que se incorporó al pueblo Saharaui y que dió lugar al haul, la música culta de la zona del Bidán.